Porque las locuras rodean nuestra vida, nos persiguen, nos invitan a arriesgarnos, nos suben la adrenalina,
nos hacen arrepentirnos... ¡¡Haz un riconcito a las locuras!!

miércoles, 9 de febrero de 2011

ARITZ



Ya está aquí Aritz. No tengo palabras. Es precioso. Tan frágil, tan pequeño, con esos piecitos...

domingo, 6 de febrero de 2011

Heridas de amor eternas



Jordi tenía mil maneras de expresar su amor hacia Berta. Mil, o más. Pero le faltó la imaginación. O el sentido común. Y en un alarde de valentía se aferró a una navaja. estaba en el parque natural de Bertiz, rodeado de los cientos de especies de árboles que habitan en su jardín botánico. Y poco a poco, con mucho esfuerzo, comenzó a tatuar su nombre y el de su amada. Lo hizo sobre una caña de bambú, y para rematarlo, lo enmarcó en un gigante corazón, que su esfuerzo le costó darle la forma redondeada...
Cegado por su emoción y pensando en la recompensa que Berta le daría después de su demostración de amor, Jordi no se percató del pobre bambú. Sin cuidado alguno rayaba su piel, al mismo tiempo que el verde bambú lloraba sabia con cada roce. "¿Por qué me haces esto?", le preguntaba. Pero Jordi no podía escucharlo. No había visto Avatar. Desconoce que hay que cuidar la naturaleza. Con su hazaña completa, Berta plantó un besazo enorme a su Jordi. "Te quiero", le selló con sus palabras. Y el pobre bambú se quedó allí. Sin beso. Con una herida grabada que tardará en sanar.



Un poco después, trsite, descubrí que esta historia, la de Jordi, Berta y el bambú, se repite a diario en el jardín botánico de Bertiz -y probablemente en otros más- donde han realizado una tabla en la que comparan los bambús dañados en los últimos años. Las cifras pasan la centena. Es intolerable. Por favor, si alguien quiere dejar su amor, su arte, o su ingenio para la posteridad, que se tatúe su propio cuerpo. La naturaleza, no se lo merece.