Hoy he desempolvado mis recuerdos. Viejas fotos guardadas en decenas de álbumes, colgadas en marcos de las paredes, pegadas en viejas carpetas, sujetas con un imán en la nevera, colgadas con una chincheta de un corcho... las fotografías han rodeado mi vida, al igual que la de muchos de vosotr@s. Desde pequeña, hasta las últimas vacaciones, las fotografías, mejor o peor encuadradas, nos refrescan la memoria. Nos acercan al presente viejos momentos, especiales y no tanto. Nos hacen recordar viejos olores, escuchar antiguas melodías que marcaron etapas concretas, momentos exactos. No hacen sentir escalofríos. Reír a carcajadas. Llorar al volver a mirar a los ojos a los que ya no están con nosotros. No hacen felices. Aviva nuestra memoria. Nos mantiene vivos.
Por todo esto me encantan las fotografías. Hacerlas. Imprimirlas. Sí. Soy una de esas nostálgicas a la que le gusta tener las fotos en papel. Y hoy, a pocos días de retomar mi trepidante vida laboral, me he tomado un momento para revisar mi vida, en imágenes, eso sí. Por eso, os voy a dejar una selección de mis fotografías favoritas, que tengo muchísimas. ¿Sois igual de nostálgicas que yo?
Espero que os gusten
Yo de pequeña, con 2 años.
Con mis aitas y mi hermana en Segovia
En Morella, en unas vacaciones familiares de hace muchos años...
Un beso muy dulce
En China... de Port Aventura, claro, con mi hermana Sarai
Montada a camello, en mi viaje a Túnez
El primer viaje con mi chico
Antonio Gala, encantador, un gran genio de las letras
Una subida al monte muy dura...
Mi primer docena de rosas rojas
La boda de mi hermana
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