lunes, 30 de marzo de 2009
Un momento para la nostalgia
En un puertoooo, italianoooo, al pie de las montañasss...No puede haber infancia feliz, o al menos infancia sin haber visto algún capítulo de entrañable Marco, un niño de no más de ocho años que cruza el mundo en busca de su amatxu. Que ahora que lo pienso, ¡menuda locura! Dejar que un niño tan pequeño se vaya de viaje sólo-aunque encuentre a su amigo Amedio- si eso pasara hoy en día el padre de Marco iría seguro a la cárcel.
Pero bueno, lo importante es que nos hizo reír y llorar cada mañana. Ya no hay dibujos animados como estos.
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Jo, Tamara. Que si Marco, que si Barrio Sésamo, que si los cuentos... Dime: ¿vas a crecer algún día? Porque con una persona –yo– que tenga cada vez más distancia entre su edad física y su edad mental por estos lares ya vale. Como dice mi aita: No sé cuando os va a entrar el fundamento.
ResponderEliminarPor cierto, ¿ya has comentado que tuviste tu demostración in situ de levantamiento de pierna con pantalón pitillo?
No, no lo ha comentado. Le dará vergüen admitir su derrota ;)
ResponderEliminarTienes razón, aún me quedan unos añicos pa crecer y tener fundamento. Pero no me digas que no eran bonicos del to esos dibujetes. Y sí, agüela, también tienes razón en otra cosa, se me ha olvidado comentar que efectivamente, doy fe de que eres capaz de tocarte la nariz con el pie, de pies, y con pantalones pitillo. Todo un mérito, de verdad. UN APLAUSO GRANDE PA TI, GENIOOOO!!! Veo que la edad y la elasticidad no van de la mano. ;p
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